Las acequias

En todas las actividades que se han desarrollado en Frigiliana ha sido primordial el agua, cuya fuerza ha movido los mecanismos de estos molinos. Las características hídricas del territorio de Frigiliana fueron bien conocidas y rentabilizadas durante siglos por los ciudadanos de la alquería y la villa.

Un elemento básico para explicar el paisaje hídrico actual es el sistema de acequias. La base del sistema andalusí, que aprovechaba la aguas del río Higuerón, fue recuperado por el Duque de Montellano, quien promovió la rehabilitación de estos canales desde la laguna que existía en la parte alta, junto al castillo, hasta los bancales, revitalizando un patrimonio de herencia morisca. Asimismo, en el siglo XIX estas acequias aseguraban con sus saltos de agua la producción de energía hidráulica suficiente para mover las aceñas de los ingenios, fábricas de papel de estraza y molinos harineros, las industrias de la Villa de Frigiliana.

Hoy día, el estado de abandono y degradación en el que se encuentra el sistema de acequias y saltos de agua, que hacía posible hasta hace poco el funcionamiento de esta industria, nos ha de poner en alerta ante la desaparición de este patrimonio, por mucho que todavía se mantengan y sean reconocibles algunos de sus elementos. Destaca, por ejemplo, el complejo sistema de saltos de agua que baja desde los pies del castillo de Lizar hasta el Ingenio que se enclava en la parte más baja de la ladera. Estos saltos de agua movían, como hemos dicho, lo que en el mapa turístico de Frigiliana se denomina como las maquinillas, los tres molinos de arriba, de Enmedio y de Abajo antes de llegar al Ingenio.

El valor cultural y patrimonial que estos saltos de agua ofrece para las señas de identidad de Frigiliana no es algo desconocido para sus habitantes. Muy al contrario, hay un interés por la defensa de estos hitos que son parte sustancial del paisaje histórico del pueblo.